Vivimos en una época donde la belleza se ha convertido en un factor muy importante en nuestro día a día. Por ello cada vez son más frecuentes las profesiones relacionadas con los tratamientos y cuidados faciales. La cosmetología y la cosmiatría son algunas de estas profesiones, y aunque te puedan parecer lo mismo, no lo son. Recuerda que puedes estudiar el postgrado en cosmética y dermatología para especializarte en el cuidado de la piel.
Índice de contenidos
¿Qué es la cosmiatría?
Cuando hablamos de cosmiatría nos referimos a la disciplina profesional que se encarga de los cuidados cosméticos y estéticos en pieles sanas y enfermas.
La primera vez que se utilizó este término fue en 1959, por el profesor Voina, en el IX Congreso de Dermatología que se llevó a cabo en Estocolmo. En aquel momento llamó cosmiatra al asistente que le acompañaba durante su presentación. Allí comenzó a escucharse y a entenderse este concepto. Voina hacía referencia a la profesión de cosmiatra, describiendo el perfil profesional una persona que se prepara científicamente y posee conocimientos anatomopatológicos. Dicho profesional desempeñaría tareas como auxiliar directo del medico principal, ya sea dentro del ámbito de la Medicina Estética, Cirugía Plástica o Dermatología Estética.
Desde entonces el concepto fue difundiéndose y entendiéndose, hasta convertirse en una profesión en la que se requieren conocimientos de química cosmética, aparatología estética, anatomía, fisiología, piel y sus anexos como de patologías comunes. Es por ello que esta rama académica ha derivado a formaciones académicas universitarias tales como Cosmiatría Quirúrgica (Auxiliar de Cirugía Plástica), Cosmiatría Estítica o Dermatocosmiatría (Auxiliares de Dermatología estética) y la Cosmiatría Biológica Celular (Auxiliar de Medicina Cosmética).
En esta profesión se utilizan diversos protocolos relacionados con la biología de la piel, llegando a rehabilitar o regenerar estas células. Esta profesión requiere actualizarse constantemente, ya que la industria cosmética integra formulaciones con mucha frecuencia para ofrecer soluciones o contrarrestar las alteraciones cutáneas que afectan a la estética de las personas.
¿Qué es la cosmetología?
Generalmente se piensa que se trata de un sinónimo de cosmiatría. Ambas profesiones tienen relación con la belleza y los tratamientos de la piel pero se diferencias en que la cosmetología solo puede ocuparse del tratamiento de la piel sana, mediante técnicas y productos cosmetológicos, y la cosmiatría es capaz también de tratar las patologías de la piel enferma.
Un profesional que se dedique a la cosmeteología se encarga de los cuidados estéticos del rostro y cuerpo, del aseo, el rejuvenecimiento y el embellecimiento de la piel con el fin de mantenerla sana.
Al igual que la cosmiatría, para ser un cosmeteólogo necesitarás aprender las diferentes técnicas que pueden llevarse a cabo para un correcto cuidado de la piel, así como los productos naturales y los aparatos tecnológicos que existen y ayudan a obtener resultados excelentes.
Algunas de las formaciones profesionales a las que ha derivado este concepto son diversos cursos dentro de la Dermatología y Aparatología, Taller de Cosmetología y Cosmiatría, Química Cosmética, Biotipos Cutáneos y también Marketing aplicado a la Cosmetología.
¿Para qué sirve la cosmetología?
Como ya hemos comentado, las aplicaciones de la cosmetología son muchas y muy variadas. A continuación explicamos qué tratamientos de cosmetología son los más comunes y aplicados hoy en día.
Oxigenoterapia
Es un tratamiento de la medicina alternativa que tiene como objetivo mejorar la circulación sanguínea y la oxigenación de la sangre. Sus beneficios son múltiples y ayudan a la desintoxicación. Asimismo, esta terapia cosmetológica ayuda a potenciar el desarrollo de la Vitamina D en la piel y estimula la producción de la elastina y el colágeno.
Shiatsu
El shiatsu es un tipo de masaje tradicional japonés con potentes beneficios en cuanto a la salud y el bienestar. Por ejemplo, posee grandes efectos relajantes ante una época o zona marcadas por el estrés. Así, este tratamiento natural ayuda al equilibrio hormonal, la mejora de la circulación y la microcirculación y la regeneración celular. Todas ellas características ampliamente relacionadas con la salud de la piel.
Tratamientos cosméticos personalizados
Gracias a los conocimientos en materia de cosmética y dermofarmacia, un cosmetólogo o cosmetóloga es capaz de diseñar tratamientos cosméticos personales. Así, el profesional de la cosmetología seleccionará los mejores productos cosméticos según cada caso y cada objetivo. Por ejemplo, este profesional configurará un tratamiento para el acné, o unos procedimientos a seguir para combatirlo.
Lo mismo con otros problemas de la piel relacionados con la belleza y la imagen estética. Por ejemplo, es capaz de determinar cuáles son los mejores productos cosméticos a aplicar en caso de tener estrías, cicatrices o celulitis en la zona facial o en otras zonas corporales.
Tratamientos de cosmiatría
Veamos a continuación qué soluciones puede aportar la cosmiatría en nuestra salud y bienestar de la piel. A continuación veremos los tratamientos más aplicados en esta rama de la ciencia de la dermatología.
Mesorroller
Un tratamiento cosmiátrico por excelencia es el del mesorroller. Consiste en una técnica de rejuvenecimiento facial que se realiza con un rodillo que contiene microagujas de acero quirúrgico o titanio. Su correcta aplicación por parte de un profesional de esta ciencia permite realizar un “pulido superficial” de la dermis. Todo ello se traduce en una piel revitalizada, con menos arrugas y más nutrida. También es una técnica utilizada como tratamiento previo a otras aplicaciones estéticas.
Tratamiento HIFU
El HIFU es un tipo de láser aplicado en esta ciencia que trae múltiples beneficios para el paciente que lo lleva a cabo. El haz de luz de alta intensidad, que se aplica con un cabezal con efecto lupa, consigue combatir la flacidez facial prematura. Asimismo, es una herramienta que genera microlesiones en la profundidad del tejido, lo que genera un tensado de la piel muy favorecedor para la imagen saludable que todos queremos en nuestra dermis.
Láser fraccional no ablativo
Es otro tipo de láser que utilizado sobre la piel estimula los fibroblastos, que influyen en la producción de la elastina y el colágeno. De este modo, impacta directamente en la tonicidad de la piel y le da un aspecto terso, sin arrugas y con una bonita textura.