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La planificación y el desarrollo de áreas urbanas define el urbanismo, una disciplina que incluye el análisis de los diferentes tipos de suelo. Urbanismo implica, pues, el análisis del suelo en una ciudad o municipio, y para ello cuenta con tres clasificaciones diferentes: en este blog te contamos cuáles son, por qué se caracterizan y cómo se diferencian unas de otras de manera fácil de entender.

Tipos de suelo en urbanismo

Los diferentes tipos de suelo en urbanismo tienen características y usos distintos. Estos vienen determinados por su estado actual, el potencial de desarrollo que presentan y las regulaciones urbanísticas locales, entre otros. Veamos cuáles son los 3 tipos de suelo:

Suelo urbano

El suelo urbano incluye las áreas de una ciudad o municipio que están desarrolladas o en proceso de desarrollo. Por ejemplo, dentro del suelo urbano encontramos las zonas residenciales, comerciales e industriales, así como las infraestructuras que las conectan como las calles, aceras y las redes de servicios públicos.

Dentro de este tipo de suelo podemos encontrarnos con una denominación, el suelo urbano no consolidado. ¿Qué significa? Este se caracteriza por estar parcialmente desarrollado o encontrarse en proceso de urbanización. Significa que todavía no se han construido todas las infraestructuras (alcantarillado, pavimentación, redes de agua, etc.).

Respecto a cuántos metros se pueden construir en una parcela urbana, esto depende de diversos factores como las regulaciones locales, el uso de suelo permitido y las normativas de zonificación.

Suelo urbanizable

El suelo urbanizable es el que se considera apto para la urbanización en un futuro, aunque en la actualidad no esté desarrollado. Suele incluir áreas próximas a ámbitos urbanos existentes, terrenos designados por los planes de ordenación urbana, etc. Lo que se puede hacer en un terreno urbanizable puede variar según las regulaciones locales pero, generalmente, se pueden realizar actividades relacionadas con:

  • Agricultura.
  • Ganadería.
  • Uso recreativo del suelo.

La principal diferencia entre suelo urbano y urbanizable es el estado actual y el potencial de desarrollo. El suelo urbano ya está desarrollado, mientras que el suelo urbanizable todavía no, aunque se considera apto para ello en un futuro.

Suelo no urbanizable

Finalmente, el último tipo de suelo en urbanismo es el suelo no urbanizable. Este no está destinado para la urbanización a causa de sus características naturales, ecológicas o de protección especial. Por ejemplo, áreas de suelo no urbanizable son aquellos de protección ambiental, terrenos agrícolas, forestales o con alto valor paisajístico.

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