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Quizá hayas escuchado hablar alguna vez de la mecatrónica. Lo que quizá no sepas es que se trata de una disciplina que combina las ingenierías electrónica, mecánica, informática y de control. Su objetivo es mejorar los productos, sistemas y procesos industriales. Para lograr esto, se centra en la creación y el perfeccionamiento de máquinas a través de procesos electrónicos. Se aplica principalmente a la industria mecánica. Si te apasiona este ámbito, no pierdas la oportunidad de curso profesional de robótica online con nosotros.

La mecatrónica tiene tres líneas de actuación principales. La primera es la automatización de la maquinaria, con el objetivo de conseguir que los procesos productivos se agilicen y resulten confiables. En segundo lugar, la creación de productos inteligentes que se adapten a las necesidades actuales de los consumidores. Y la última, y no por ello menos importante, la de buscar la armonización entre los componentes electrónicos y mecánicos de las máquinas.

¿Qué es la mecatrónica?

Mediante la creación de máquinas cada vez más complejas, esta especialidad facilita las actividades que realizamos los humanos. Un ejemplo práctico de los resultados es el desarrollo de robots, es decir, es decir, aparatos muy sofisticados y capaces de realizar tareas cada vez más exigentes. El aumento de la precisión y versatilidad en sus funciones ha conseguido que sobrepasen el ámbito industrial. Hoy en día están incluso en casa, limpiando el suelo o preparando recetas culinaria.

El concepto está muy relacionado con el de Industria 4.0, también denominada Cuarta Revolución Industrial. En esta etapa, los centros de producción evolucionan hacia las fábricas inteligentes. Estas factorías son capaces de efectuar una distribución más eficiente de los recursos, así como de aprovechar avances tecnológicos. Algunos ejemplos son el análisis de grandes cantidades de datos (big data) y la interconexión entre dispositivos y sistemas digitales entre sí.

En este punto, el de la conectividad, se hace presente también el denominado Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés, de Internet of Things). Esto consiste en que prácticamente todo lo que sea posible esté conectado a Internet. Desde la pieza más simple de la maquinaria. Todo debería poder conectarse y estar proporcionando datos sobre su estado, recibir instrucciones, etcétera.

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Breve historia de la mecatrónica

La historia de la mecatrónica se remonta hasta la década de los 70 del siglo pasado. El término lo introdujo por primera vez Japón, específicamente la compañía Yaskawa Elektric Corporation. Según ella, esta disciplina comprende el conjunto de actividades de diseño y construcción que incluyen sistemas y componentes eléctricos a mecanismos o estructuras de mucha precisión.

Este término no tardó en usarse fuera de territorio nipón y se extendió hasta Estados Unidos y Europa. En la actualidad, la mecatrónica se asocia a la ingeniería puesto que hay un alto nivel de combinación de sistemas mecánicos con la electrónica y, también, el control por ordenador.

Objetivos de la mecatrónica

El objetivo de la mecatrónica es unificar la electrónica, la mecánica y la robótica. Para ello, se encarga de estudiar distintos sensores, el uso de las máquinas industriales, cómo funcionan los procesos de fabricación o las claves del diseño especializado, entre otros.

Qué hacen los especialistas en mecatrónica

Si quieres ser un profesional en este campo, debes aprender a llevar a cabo las tareas concretas. Algunas de ellas podrían ser por ejemplo de mantenimiento electromecánico de aparatos que lo precisen. Asimismo, aprender a diseñar máquinas con sistemas de control automático. Planificar y ejecutar el montaje de dichas máquinas en un plazo determinado, así como representar gráficamente los planos necesarios. Por ello es muy importante que te formes para aprender robótica.

Ejemplos de mecatrónica aplicada en la industria

Hay muchas aplicaciones prácticas de esta ciencia en la industria actual. Una de ellas son los exoesqueletos, con los que fabricantes como Ford equipan a sus trabajadores. Estos aparatos se colocan a modo de trajes mecánicos y ofrecen al operario protección y apoyo a la hora de realizar movimientos de cargas o trabajar con herramientas pesadas.

Tareas como la realización de soldaduras y cortes metálicos son asignadas hace tiempo ya a grandes robots. Esto se ve con frecuencia en la industria automovilística. En ella enormes brazos robóticos llevan a cabo tareas pesadas y repetitivas con precisión y rapidez.

Otro concepto relacionado es el de los robots colaborativoscobots. Consiste en el desarrollo de robots especialmente diseñados para colaborar con el ser humano en sus tareas. Mediante sensores son capaces de detectar la presencia de una persona. Y se desactivan en el caso de que su actividad pudiera ser peligrosa para ella. El desarrollo de cobots supone muchos desafíos, entre ellos conseguir que su forma de interactuar sea lo más humana posible, para mejorar así la relación con sus compañeros de carne y hueso.

Lo que nos espera en el futuro

Hay eventos como la feria internacional Automatica, que se celebra cada dos años en Alemania. En ella se muestran desarrollos y novedades en mecatrónica. Con más de 40.000 visitantes y la participación de casi 900 empresas de 29 países distintos en su edición de 2018, demostró el interés y la fuerza que tiene el sector en el entorno industrial.

El desarrollo de los distintos tipos de sensores, de lo que se encarga la denominada sensórica, tampoco deja de crecer. Estos sensores permiten grandes avances en los procesos de control de calidad. Además, ayudan a separar los productos según este criterio. Se beneficia de estas mejoras por ejemplo la industria alimentaria. Frente a la subjetividad, que es inevitable en la realización de este trabajo por parte de personas, los sensores pueden aplicar criterios puramente objetivos.

La impresión en 3D es otro campo que se relaciona con la evolución de la mecatrónica, ya que facilita la creación de piezas a demanda, de forma rápida y económica. Piezas con las que se pueden crear nuevas máquinas y reparar las ya existentes. Claro que, para un uso industrial, no puedes utilizar cualquier impresora. Es necesario que ésta cumpla unos requisitos de precisión y que esté perfectamente calibrada.

Sistemas como las placas programables Arduino ponen a tu alcance el desarrollo de proyectos de mecatrónica. Para ello utilizan plataformas de microcontroladores de bajo coste, con gran potencia y facilidad de uso. Especialmente indicadas para jóvenes desarrolladores, permiten que estos se pongan en contacto con las tecnologías robóticas y de automatización. Si quieres realizar una toma de contacto con esta disciplina, hacerte con una placa de este tipo y aprender a programarla es una opción muy válida.

¿Por qué estudiar mecatrónica?

La interdisciplinariedad que ofrece la mecatrónica es de por sí un motivo de peso para estudiarla. A través de esta disciplina podrás abordar proyectos complejos, incorporarte a un sector con gran demanda y desarrollar tus habilidades en el diseño, construcción y programación de sistemas mecánicos.

El estudio de la mecatrónica te permitirá mantenerte a la vanguardia en la innovación tecnológica y tendrás la oportunidad de contribuir a la creación de tecnologías de última generación. Por no hablar, claro está, del sueldo al que podrás optar… Pero todo a su debido tiempo.

Qué hacen los que estudian mecatrónica

Los que estudian mecatrónica aprenden cómo funciona la generación de sistemas inteligentes como robots. Se forman en el diseño de sistemas de control automatizados por computadoras y también adquieren conocimientos en diseño mecánico y simulación, entre otros. Se trata de una disciplina en la que el estudiante debe conocer áreas tanto de la mecánica como de la electrónica y la automatización para poder obtener una visión global y desenvolverse firmemente en el ámbito.

Cuánto se gana en mecatrónica industrial

Los profesionales que se han formado en mecatrónica industrial ganan entre 2.300 y 3.400 euros brutos al mes. Se trata, eso sí, de una cifra meramente orientativa. Tu experiencia en el sector, la formación que tengas o tus habilidades personales jugarán un papel determinante a la hora de definir la cantidad que percibirás por tu trabajo. Así que, ya lo sabes: ¡apuesta por la formación continua y mejora tus oportunidades!

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