Una marca no solo se define por el producto o servicio que ofrece. Detrás de ella hay una serie de elementos que la identifican, como es el nombre, el logo, los valores, los mensajes que transmite, etc. Todos estos elementos forman parte del branding de una empresa, indispensable para llegar a los consumidores y diferenciarse de la competencia. Así pues, en este post vamos a explicarte en profundidad este concepto, dándote a conocer su importancia y facilitándote una serie de estrategias para trabajar o mejorar la gestión de una marca. Así que, ¡sigue leyendo!
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Índice de contenidos
¿Qué es el branding?
El branding es un concepto que hace referencia a la gestión de una marca. Se trata del proceso de creación y desarrollo de una marca para darla a conocer ante un target concreto. ¿Qué implica esto? Pues que el branding esté integrado por el naming, la identidad corporativa, el posicionamiento, la lealtad y la arquitectura de una marca. Todo ello, elementos que definen el valor de dicha marca y, por ende, logre diferenciarse de la competencia.
Asimismo, el branding implica gestionar todos los procesos gráficos, comunicativos y de posicionamiento de una empresa con el fin de construir y transmitir una promesa de marca de cara a los consumidores. Y como ves, si hablamos de branding es necesario hablar de marca, pues el primero es el puente que conecta una marca con sus clientes.
Una marca está integrada por un nombre, logo, lema, personalidad, valores, sentimientos y experiencias que ha creado en la audiencia a través de su producto o servicio. Algunas marcas de éxito con un branding muy bien trabajado son Bimbo, Coca-Cola o Starbucks.
Por lo tanto, las estrategias de branding tienen como objetivo hacer conocida y deseada una marca para influir en la decisión de compra de los usuarios, extendiéndola en el mercado y posicionándola como un referente en su sector.
¿Por qué es importante el branding?
Debes saber que el branding no se trata de una estrategia o acción que se ejecuta una sola vez, sino que debe trabajarse constantemente. El mercado, los hábitos de consumo y la sociedad en general están en constante cambio, por lo que las empresas deben adaptarse a los nuevos tiempos y tendencias a través de sus diferentes estrategias.
Eso sí, sea cual sea el tipo de estrategia que se ejecute, el branding de una marca debe trabajarse siempre porque:
- Aumenta el valor de marca, fidelizando clientes y aumentando el número de ventas o contrataciones.
- Define los canales de comunicación, así como el tono para dirigirse a su público objetivo.
- Establece la identidad corporativa (nombre, logo, colores corporativos, tipografía, etc.) en todos los medios (online y offline) para llegar a los consumidores, quienes la identificarán y la asociarán con un producto o servicio.
- Crea una relación de afinidad entre la marca y los consumidores a través de diferentes estrategias de marketing. Estas no solo se enfocan a la promoción de un producto o servicio, sino que también muestran los valores o ideales de una empresa.
- Contribuye a crear una reputación positiva a través de su publicidad, atención al cliente, satisfacción de los trabajadores y clientes, etc.
Tipos de branding
Asimismo, también hay diferentes tipos de gestión de marca. Veamos cuales son y para qué sirven:
- Branding corporativo. Es el más utilizado, pues lo utilizan las empresas o negocios para fines comerciales.
- Personal branding. Sirve para construir la marca de una persona para promocionar sus servicios. Define la personalidad y atributos de esta en redes sociales o medios de comunicación. Un claro ejemplo son los influencers.
- Employer branding. Está enfocado a la reputación que tiene una marca en la forma que trata a los empleados, siendo importante para atraer o retener el talento.
- Co-branding. Varias empresas se unen para potenciar sus ventas y obtener mayor beneficio.
- Digital branding. Como su nombre indica, este tipo de branding está totalmente centrado en los procesos de branding en internet, trabajando el contenido que hay desde la web hasta las redes sociales.
- Branding emocional. Se centra en la psicología para entender a los consumidores y desarrollar estrategias donde prevalezcan las emociones, como la nostalgia o la alegría.
- Branding social. Sirve para destacar el valor social de una marca u organización sin ánimo de lucro. La marca se sitúa como un miembro más de la sociedad y se identifica con ciertas causas políticas, sociales o ambientales.
- Branding actitudinal. Se centra en llegar a cierto tipo de consumidores a través de unos valores, personalidad y comportamiento que se identifiquen con un estilo de vida concreto.
Cómo crear una estrategia de branding
Branding y marketing van de la mano, pues influye en las campañas publicitarias. Se debe diseñar un plan de marketing en el que se especifiquen todas las acciones que se realizarán para dar a conocer la marca, donde entra en juego la gestión de marca. A la vez que se promociona un producto o servicio, se debe:
- Resaltar los valores de la marca.
- Transmitir credibilidad y confianza.
- Fortalecer la identidad de marca.
- Diferenciarse de la competencia.
Una vez definido todo esto, es momento de definir la estrategia de branding. Y para ello, hay que seguir estos pasos:
Estudiar el mercado e identificar al buyer persona
En cualquier estrategia, uno de los principales pasos a seguir es el de investigar el mercado en el que se opera y conocer a la audiencia a la que se quiere llegar, concretamente al buyer persona. Por lo tanto, es importante definir el perfil del cliente a través de diferentes datos: edad, sexo, localización, gustos, etc.
Definir la misión de la empresa
Todos los elementos que forman parte de la imagen corporativa de una marca deben reflejar su misión y visión, es decir, el propósito de esta. Esto implica respuesta a por qué existe y por qué las personas deben interesarse en ella.
Elaborar una lista con todo aquello que diferencia a la marca
La competencia es inevitable, por lo que es imprescindible definir los valores, las cualidades y el valor añadido de la marca y de aquello que ofrece. Es decir, como los productos y servicios de una marca mejoran la vida de sus clientes.
Establecer el diseño visual
Este paso es puramente creativo, pues se trata de reflejar los pasos anteriores en diferentes elementos visuales, como son el logo, los colores y la tipografía, entre otros.
Marcar el tono de los mensajes
Este paso hace referencia al tono que se utiliza a la hora de llegar al público objetivo. Por ejemplo, utilizar un tono amigable y cercano en las campañas publicitarias o copys en redes sociales o, por el contrario, utilizar un tono más serio en los contenidos de la web o en la historia de la marca.
Escoger los canales de comunicación
Finalmente, conociendo al público objetivo, se pueden establecer los medios para trabajar el branding y, por lo tanto, llegar a los usuarios. Puede ser a través de la web, de redes sociales, de ventas y servicio al cliente, de publicidad online u offline, de packaging, etc.