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Las gafas no son solamente la herramienta mayoritaria para corregir los defectos de la vista. Además de ello, estas son un complemento que viste nuestra mirada y da forma a nuestra expresión. Como todos sabréis, existen muchos tipos de gafas, que pueden diferenciarse según varias características. Eso analizamos a continuación. Recordad que en nuestro centro podréis encontrar el curso de Auxiliar de óptica con el que podréis especializaros en este ámbito. ¿Nos acompañáis?

Un poco de historia de las gafas

Algo curioso que no todo el mundo sabe es el origen de las gafas. Este importante complemento para aquellos que sufrimos de afecciones visuales se creó en el siglo XIII. El inventor de las gafas fue Alejandro de la Espina junto a Roger Bacon. Estos dos monjes franciscanos descubrieron el truco para fabricar lentes que permitían a los otros monjes seguir leyendo a pesar de sus problemas de visión.

De hecho, las gafas aparecen ya retratadas en un cuadro de 1352 del Cardenal Hugo de Provenza del pintor Tomás de Módena. Por lo tanto, la cuna de las lentes fue la Italia del siglo XIII. Concretamente, la única fábrica que era capaz de crear los cristales de las gafas estaba situada en Murano.

La popularización de las gafas

Sin embargo, por allá en esa época, los únicos que leían y experimentaban problemas de visión para hacerlo eran las personas del clero o de las clases más altas. Por eso, el uso de lentes no era muy popular ni extendido.

Fue con la llegada de la imprenta de Gutenberg (1452) cuando el acceso a los libros y las lecturas fue popularizándose. A partir de ese momento, la producción de gafas dejó de ser para monacal para popularizarse y extenderse. Gracias a estos dos factores, cualquiera que tuviera libros y problemas de visión, podía acceder a comprarse unas gafas y leer cómodamente.

Curiosidades de las gafas

Asimismo, a lo largo de estos siglos de existencia de las gafas, éstas han ido acumulando anécdotas y curiosidades. Por ejemplo, las primeras gafas que se creaban estaban hechas de materiales que, hoy en día, nos parecerían rudimentarios. ¿Quién quería ponerse hoy unas gafas hechas de huesos? Los modelos evolucionaron y la fabricación de gafas abrazó otros materiales como el cuero o la madera.

Otro importante hito de las gafas fue protagonizado por uno de los científicos y estudiosos más importantes del siglo XVIII. Reconocido por su conocimiento acerca de los fenómenos eléctricos, Benjamin Franklin fue el creador de las primeras gafas bifocales. Estas lentes, que permiten ver tanto de cerca como de lejos, existen desde su tiempo.

Tipos de gafas

Los tipos de gafas, como ya hemos comentado en la introducción, pueden dividirse según varias características. Por ejemplo, podemos agrupar las gafas por el tipo de cristal que contienen, por el uso que les vayamos a dar (por defecto de visión) o por formas, materiales o diseño.

Veamos primero los tipos de gafas por cristal que existen en la actualidad.

Según cristales

  • Gafas monofocales. Son las lentes que corrigen los problemas de visión en una sola distancia. No pueden corregir a la vez los problemas de visión de cerca y los de lejos. Se utilizan normalmente para las personas con miopía, hipermetropía o astigmatismo. Gracias a este tipo de gafas podemos enfocar las imágenes cercanas o lejanas, pero no las dos imágenes simultáneamente.
  • Lentes progresivas. Uno de los tipos de gafas más usadas. Son las gafas que nos permiten ver a tres distancias. es decir, podemos ver nítidamente los objetos a menos de 40 centímetros (cerca), los de a media distancia (entre 40 cm y 1 metro) y los lejanos (más de un metro). Generalmente, la parte de abajo del cristal se usa para las distancias cortas, mientras que la central se usa para la intermedia y la superior para las distancias lejanas.
  • Gafa bifocal. Son las lentes que se utilizan para los casos de vista cansada y permiten enfocar a dos distancias (lejos y cerca). Generalmente llevan una media luna abajo (cerca) y otra arriba (lejos).
  • Lentes ocupacionales. Al contrario de lo que se pueda pensar, estas gafas se diferencian de las progresivas y están indicadas para aquellas personas que mantienen la vista fijada a media distancia. También son las primeras gafas que usan las personas que empiezan a padecer vista cansada (presbiscia).
  • Gafas de cerca. No son un mito. Existen y las utilizan las personas que enfocan durante todo el día a una sola distancia cercana. También suelen ser utilizadas solo para leer.

Según el rostro

Otra clasificación que debemos tener en cuenta es la forma de las gafas. Y es que este complemento nos ayuda a ver, pero para ello debemos llevarlo permanentemente. Por ello, somos muchos los que nos interesamos por saber qué forma combina mejor con nuestras facciones. Veamos:

  • Rostro cuadrado. Si tienes la cara cuadrada, lo mejor es que busques gafas ovaladas o redondas. Así podrás difuminar tus facciones.
  • Rostro triangular. Si tienes el rostro triangular, busca monturas de estilo mariposa y resalta los pómulos.
  • Rostro oval. Estás de suerte si tienes una cara ovalada. Cualquier tipo de gafas se ajustará a tu rostro. Sin embargo, cuanto mayor sea tu cara, más grande deberás buscar las gafas.
  • Rostro corazón. Si tienes la cara en esta forma, no uses gafas que cubran tus mejillas.
  • Rostro redondo. Evita las gafas redondas si tienes una cara redondeada. Busca las monturas con patillas delgadas, con bordes cuadrados y ángulos marcados.
  • Cara rectangular. En este caso, evita las monturas que se alarguen a horizontalmente.

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