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El entrenamiento deportivo es la herramienta que cualquier deportista usa para lograr sus objetivos a medio y largo plazo. Dentro del entrenamiento se encuentran diferentes fases o partes, con las que el deportista progresa y va camino del éxito. Sin embargo, para lograrlo, es imprescindible entender la importancia de la fuerza mental. Un buen deportista no solo cuida de su forma física, sino que también presta atención a su bienestar y salud mental. ¿Te apasiona este ámbito? Descubre nuestro Máster en Psicología Deportiva, especialízate en este interesante sector.

Entrenamiento deportivo y entrenamiento mental: de la mano hacia el éxito

Como ya hemos dicho, el entrenamiento mental es una de las herramientas imprescindibles de cualquier deportista comprometido con sus objetivos. Gracias a la motivación mental, por ejemplo, un deportista evita encontrarse con el fracaso y sortea los límites mentales.

Con una buena salud mental aplicada al deporte, el deportista aprende a identificar cuáles son sus propios límites y cuáles son sus propios obstáculos limitantes. Por ejemplo, sin contar con una buena psicología deportiva, un deportista puede abandonar el entrenamiento deportivo por no saber encontrar el equilibrio entre todas las partes de su rutina diaria.

Creando sinergias entre el deporte y la salud mental

Sin embargo, estos dos ítems se relacionan y transmiten valor el uno al otro. Mientras que el entrenamiento deportivo exitoso apenas puede existir sin la fuerza mental, la fuerza o bienestar mental también se ve ampliamente influenciada por el deporte.

Es ampliamente reconocido por el mundo de la ciencia y la salud que la práctica regular de deporte es muy beneficioso. Por un lado, a nivel físico, el cuerpo experimenta cambios y mejoras tales como:

  • Cambios en la resistencia a la insulina.
  • Menos fatiga, más descanso.
  • Más resistencia física y regulación de la presión arterial.
  • Mantenimiento de la densidad ósea y mejora de la flexibilidad.
  • Ayuda a mantener el peso corporal.
  • Disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Asimismo, para la salud mental, un buen entrenamiento deportivo implica:

  • Menos estrés, más relajación.
  • Rebaja los niveles de depresión y mejora la autoestima.
  • Menos número de accidentes laborales.
  • Disminución del aislamiento social y la tensión, así como de agresividad, ira o angustia.
  • Más vitalidad y sensación de bienestar.

Superación personal en el deporte

Tanto si ya eres deportista como si te estás planteando iniciarte en ello, tener una buena asesoría sobre psicología deportiva te será de vital importancia. Por un lado, aprenderás a identificar los síntomas de debilidad mental, evitando tirar la toalla antes de tiempo y descubriendo poco a poco tus progresos reales.

Paralelamente, si tus andaduras en el deporte ya tienen más tiempo, debes saber que una buena motivación, un buen autoconocimiento y una buena autoestima te serán fundamentales para seguir avanzando. Gracias a mantener una buena salud mental, tu rendimiento deportivo será mucho mejor.

Por ello los deportistas de élite y de alta competición cuentan con un psicólogo especializado en deporte. Este profesional les ayuda a crear un estado emocional óptimo para seguir cultivando éxitos y equilibrando su estado emocional, su rutina personal y su vida familiar o profesional.

Ventajas de la psicología deportiva

La psicología deportiva es un ámbito desconocido que, sin embargo, como ya habrás ido viendo, tiene una importancia vital en algunos casos. Esta disciplina es imprescindible para reforzar la atención del deportista. Focalizarse en objetivos realistas es imprescindible para conseguir un rendimiento óptimo y eficiente.

Paralelamente, esta disciplina permite que los deportistas obtengan herramientas para manejar situaciones estresantes y evitar fracasos. Lo que, a su vez, se traduce en un potente recurso para conseguir cumplir objetivos realistas.

Asimismo, combinar entrenamiento deportivo y psicología es imprescindible para decir adiós al estrés y mantener controlado la presión. Sobretodo estos beneficios son notorios en deportistas de alta competición o de élite. En ocasiones, estos profesionales experimentan situaciones de estrés ante competiciones importantes. Controlar la estabilidad mental y psicológica es básico para mantener un rendimiento eficiente.

Finalmente, haberse acercado a la disciplina de la psicología deportiva permite obtener dinámicas de superación, tanto personal como ante derrotas o malas noticias. Trabajar duro siguiendo un entrenamiento deportivo para ganar una competición y no poder hacerlo genera frustración y tristeza. Gracias a la psicología deportiva, un deportista es capaz de seguir trabajando sin tirar la toalla y preparar el siguiente reto con mayor entusiasmo.