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¿Sabías que se puede reducir el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer al elegir un estilo de vida más sano y activo? Sí, la implementación de ciertas acciones es clave para disminuir las posibilidades de padecer cáncer. Por ejemplo, llevar una vida sin excesos, mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y limitar el consumo de alcohol y tabaco. Todos estos hábitos son la base de la prevención del cáncer y los que nos permiten mejorar la salud en general.

Por ello, para el Día Mundial contra el Cáncer, que se celebra este 4 de febrero, queremos sensibilizar y concienciar sobre la importancia de la prevención a través de una serie de recomendaciones. Además, te compartimos los factores de riesgo y algunas señales que pueden alertarnos de la presencia de la enfermedad.

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¿Cuál es la importancia de la prevención del cáncer?

El cáncer representa uno de los problemas más importantes de salud pública y se sigue situando como una de las primeras causas de morbi-mortalidad a nivel mundial, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Debido a la relevancia que tienen diversos factores externos en la aparición del cáncer, es fundamental crear estrategias que potencien la prevención del cáncer. El objetivo de esto es reducir la incidencia de la enfermedad y la mortalidad, identificando los elementos implicados en el desarrollo de células cancerígenas. Asimismo, es importante detectar lo antes posible los tumores dañinos, mediante una intervención precoz, para frenar el avance de la patología.

Según una estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 30% y un 50% de los casos de cáncer se pueden evitar. Por ello, tiene una gran relevancia actuar sobre los factores de riesgo que, de acuerdo a la evidencia científica, aumentan la probabilidad de desarrollar cáncer, como los que te presentamos a continuación.

¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer?

No se sabe con exactitud los motivos por los que una persona padece cáncer. Sin embargo, algunos estudios epidemiológicos exponen que las personas que tienen cáncer presentan en más o menos casos ciertos comportamientos en común. También coincide que se han expuesto a ciertas sustancias que aumentan la posibilidad de que se desarrolle la enfermedad.

Los factores de riesgo de cáncer que se han estudiado abarcan la exposición a productos químicos y algunos comportamientos poco saludables. Incluso, aspectos incontrolables, como la edad y los antecedentes familiares que también pueden ser un signo de un posible síndrome de cáncer heredado.

Algunos de los agentes más comunes que se han analizado y se consideran causantes de cáncer son:

  • Alcohol.
  • Dieta excesiva en azúcares y grasas saturadas.
  • Gérmenes infecciosos.
  • Inflamación crónica.
  • Luz solar.
  • Obesidad.
  • Radiación.
  • Tabaco y alcohol.
  • Inmunosupresión.

5 recomendaciones para la prevención del cáncer

Con la prevención del cáncer se reduce la probabilidad de enfermar y de que se incremente el número de muertes por esta causa, así que es momento de tomar acción. Eso sí, más allá se seguir un estilo de vida saludable, acudir al médico a hacerse revisiones generales es lo más importante. Con esto se favorece el diagnóstico precoz del cáncer y aumentan las posibilidades de superar la enfermedad. Además, si sabemos identificar las señales de alarma, podremos reducir, incluso, el impacto financiero de la enfermedad porque en las primeras etapas los tratamientos son más económicos.

Así que, ante la detección de bultos, hinchazón anormales, tos constante o problemas para tragar, hay que ir a consulta. Otras señales de alarma son: cambios en el intestino, sangre en las heces o al toser, pérdida de peso sin motivo, fatiga excesiva, dolor sin causa, cambios en las mamas, modificaciones en lunares, sudores nocturnos, úlceras que no cicatrizan o pérdida de apetito.

Por otra parte, en el día a día, hay varias recomendaciones y hábitos que se pueden tomar para adoptar un estilo de vida más saludable y contribuir a reducir la probabilidad de contraer el cáncer. Vamos a ver cinco de las más importantes:

1. Evitar consumir tabaco

El consumo de tabaco es un factor que aumenta notablemente la probabilidad de padecer cáncer. Al fumar se puede desarrollar cáncer de pulmón, boca, garganta, laringe, páncreas, vejiga, cuello uterino y riñón. Incluso, el ser fumador pasivo, es decir, estar rodeado constantemente de fumadores, aumenta el riesgo de tener cáncer de pulmón.

Una parte de la prevención del cáncer es decidir dejar de usarlo o evitarlo por completo. Sin embargo, lo más fundamental es que se desarrollen políticas anti-tabaco que cuestionen a largo plazo el acceso al cigarro. Además de potenciar el abandono del hábito y dificultar la recaída.

2. Implementar una dieta saludable

Es posible reducir el riesgo de enfermar al mantener una alimentación equilibrada y sana. Se ha visto que algunos alimentos están relacionados con algunos tipos de cáncer; sin embargo, la dificultad de los estudios epidemiológicos de este tipo, limita la atribución del riesgo a un cierto componente de la dieta.

En general, basar la dieta en alimentos de origen vegetal, proteínas y carbohidratos de calidad, así como grasas buenas, es beneficioso para la salud. El mejor ejemplo de alimentación nutritiva y balanceada es la dieta mediterránea, que incluye el consumo de grasas saludables, como el aceite de oliva virgen extra y el pescado azul, y la ingesta de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos.

Lo más importante es evitar el consumo de alimentos en sal o ahumados, los productos procesados, las bebidas azucaradas y la carne roja para mantener el organismo fuerte.

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3. Mantener un peso saludable y hacer actividad física

Un estilo de vida saludable se enfoca en realizar alguna actividad física que mínimo dure 30 minutos al día. Los adultos que hacen cualquier cantidad de ejercicio físico obtienen beneficios para su salud. Incluso, los que consiguen al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada, logran resultados sustanciales para su organismo.

Por lo tanto, con actividad física constante, las personas pueden mantener un peso sano, dejar de lado el sedentarismo y reducir las posibilidades de enfermar.

4. Reducir la exposición solar y protégerte contra ella

La radiación ultravioleta (RUV) es el factor carcinógeno más influyente en los diferentes tipos de cáncer de piel. Es decir, es el agente con el cual las células normales se pueden convertir en células cancerosas. Dicha radiación, la podemos recibir a través de la exposición al sol o cabinas de rayos UVA, y se sabe que estar tanto tiempo bajo estas fuentes es dañino para nuestra piel.

Actualmente, la mejor forma de prevención de cáncer de piel es el uso de protector solar y la reducción a las exposiciones solares, especialmente las del mediodía. También, usar ropa, sombrero y gafas para no exponer la piel a la luz solar, así como buscar las áreas de sombra en la calle es útil para el mismo objetivo.

5. Vacunarse contra la Hepatitis B y el Virus del Papiloma Humano (VPH)

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La prevención del cáncer incluye la protección contra ciertas infecciones virales. Por ello, la vacunación es fundamental.

Por ejemplo, a través de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) se pueden prevenir la mayoría de los cánceres de cuello uterino y otros tipos. De igual manera, la vacuna contra la hepatitis B reduciría el riesgo de contraer cáncer de hígado.

El cáncer es un grupo de enfermedades relacionadas. Nuestros genes, nuestro estilo de vida y el medio ambiente en el que vivimos pueden aumentar o disminuir el riesgo de padecer cáncer. Tomemos conciencia y hagamos lo que está en nuestras manos para prevenir una enfermedad tan compleja. ¡Con prevención y un diagnóstico precoz es posible salvar vidas!