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¿Sabes cuándo hacerte un peeling y qué tipos hay? Es fundamental conocer esto para hacer el mejor uso de esta técnica. Puedes conseguir mejorar el estado de tu piel y obtener mejores resultados para otros tratamientos estéticos. ¡Aprende todo lo necesario y elige el más adecuado para ti! Y si te apasiona este ámbito, no te pierdas nuestro máster en medicina estética online. Con ellos te convertirás en un experto del ámbito.

¿Qué es un peeling?

El peeling es uno de los tratamientos estéticos más usados por su sencillez y sus resultados. Su nombre viene del inglés peel, que significa “pelar”. Es lo que entendemos como exfoliar, pero realizado químicamente, en vez de hacerlo de forma mecánica. Con este procedimiento se eliminan las células de las capas más externas de la piel. Dependiendo del problema que se quiera tratar se realizará un tipo de peeling u otro. Con cada uno se accede a un nivel de profundidad u otro de la piel.

Antes de someterse a un peeling, es muy importante que el profesional estético recomiende uno u otro en base a las necesidades y el tipo de piel del cliente, pues actualmente existen hasta tres tipos de exfoliaciones faciales y corporales diferentes. Toma nota de cada uno para saber diferenciarlos:

Peeling químico superficial

Es el tratamiento más suave de los tres niveles. Es usado, generalmente, para tratar microarrugas, problemas de acné, sequedad y problemas de tono desigual en la piel. Como no es agresivo puedes hacértelo una vez a la semana durante un máximo de seis semanas. Depende de lo que quieras conseguir te lo debes hacer menos o más veces alrededor de esa cifra. La piel se recupera muy pronto, entre uno y siete días, por lo que no tendrás que tener preocupaciones adicionales.

Exfoliación química media

En este tipo se eliminan, además de las células de la epidermis, algunas células de la capa media de la piel. Al llegar a esta profundidad consigue tratar marcas de acné, arrugas y también las desigualdades en el tono. Al ser más intenso, solamente puedes hacerte uno o dos al año, con al menos seis meses de diferencia entre uno y otro. Según cómo de concentrado esté el producto que te apliquen necesitarás más o menos tiempo de recuperación. Por lo menos deberás mantenerte protegido del sol como mínimo una semana.

Exfoliación química en profundidad

Además de eliminar las células de la epidermis de los dos otros niveles, se eliminan algunas células de la parte inferior de la dermis. Este tipo se suele usar para: arrugas de mayor profundidad, cicatrices más marcadas o células que pudieran derivar en problemas de gravedad. Al ser bastante más fuerte, la piel puede perder su pigmentación temporalmente. Debes protegerte del sol durante al menos dos semanas mientras te recuperas.

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¿Qué productos se usan?

Existe una gran variedad, pero los productos más comunes son los siguientes:

Ácido láctico

Se usa en los tratamientos suaves y es mejor para las pieles secas que otras alternativas. Deja la piel muy suave y luminosa, además de eliminar manchas oscuras. No necesita recuperación.

Ácido glicólico

Es adecuado para tratar: acné, manchas oscuras y decoloración. Es algo más intenso y suaviza arrugas y aspereza. Es ideal para limpiar los poros y eliminar los puntos negros. No necesita recuperación, salvo que se haya usado muy concentrado.

Ácido mandélico

Es más suave que los anteriores y muy apropiado para el acné. Elimina células muertas, suaviza arrugas y elimina manchas. No necesita recuperación

Peelings enzimáticos

Proceden de las frutas, no utilizan ácidos, salvo que se combinen con ellos. Es un tipo suave y muy útil para pieles sensibles a los ácidos. Tampoco necesita recuperación.

Ácido salicílico

Aunque es más intenso que los anteriores, sigue considerándose suave. Es apropiado para pieles con tendencia acneica. No necesita recuperación pero sí la precaución de no usarlo si se tiene alergia a las aspirinas, ya que es el mismo ácido.

Ácido tricloroacético

Tiene una potencia media. Se usa para manchas, cicatrices de acné, pequeñas arrugas y disimular estrías. En este caso, se desprenden realmente las capas superiores de la piel. Durante el procedimiento se puede experimentar algo de dolor y se precisa al menos una semana de recuperación.

Exfoliación fenólica

Es de los más intensos que existen. Está indicado solamente para las pieles más claras, por dicha intensidad. Es útil con las arrugas profundas, cicatrices de acné, pecas, decoloraciones y manchas. Al ser tan fuerte, necesita anestesia local y, tras el proceso, medicación contra el dolor. Necesitarás por lo menos un mes de recuperación. Tras el proceso, la piel se vuelve roja y se inflama. Tras ello, con el tiempo se hacen costras, se vuelve marrón y se desprende. El tono rojizo puede durar hasta tres meses tras el tratamiento.

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Cuándo y por qué hacerse un peeling

Son muchas las razones por las que elegir hacerse una exfoliación química, pero las más comunes son:

  • Rejuvenecer la piel: mejorar la tersura, el tono y la textura.
  • Aportarle luz al rostro.
  • Reducir o eliminar marcas de acné.
  • Reducir o eliminar cicatrices.

El momento ideal es al finalizar el verano, cuando ya no vamos a estar tomando el sol. Además, querremos mejorar su estado tras la deshidratación del sol y la posible aparición de manchas solares.

Precauciones

Es necesario preparar la piel durante dos semanas anteriores al tratamiento y el día de la sesión es muy importante no haberse realizado nada que realice la piel, como por ejemplo, depilarse con cera.

Tras el peeling químico, el cliente debe evitar:

  • El sol.
  • La piscina.
  • La sauna y los baños de vapor.
  • El ejercicio físico de gran intensidad.
  • Los cosméticos y los perfumes.
  • Dependiendo de la piel y el tratamiento, puede que tampoco sea recomendable llevar bisutería.

El esteticista recomendará utilizar crema protectora para el sol e incluso alguna crema calmante, reparadora e, incluso, cicatrizante.