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Existen diferentes mitos de la nutrición que influyen directamente en nuestros hábitos. Y es que muchas de estas creencias nutricionales son falsas y terminan influyendo en la dieta y la salud de la población. Para cambiar esto, ¿te gustaría aprender a fomentar una educación alimentaria y nutricional de calidad? Conoce cuáles son los mitos y realidades más comunes en la alimentación en este post y especialízate como experto en dietética y nutrición en Esneca.

7 mitos de la nutrición que son ideas erróneas

La falta de educación nutricional y la sobreinformación que abunda en Internet ha hecho que, a lo largo de los últimos años, se hayan extendido diferentes mitos relacionados con la nutrición y establecido creencias erróneas en la sociedad. Si tu propósito es formarte en este campo de la salud, es importante que conozcas qué hay de cierto en las ideas extendidas y cómo promover un cambio en la población para favorecer un estilo de vida saludable. Por ello, en las siguientes líneas te mostramos algunos de los mitos más corrientes en la sociedad actual.

1. “Hay que hacer cinco comidas al día”

Tradicionalmente, se ha venido diciendo que una dieta sana y equilibrada se basa en la ingesta de cinco comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Este es uno de los muchos falsos mitos de la nutrición.

Cada persona tiene unos hábitos distintos y requiere unos aportes energéticos u otros. Por lo que, teniendo en cuenta cada necesidad, las comidas a hacer al día las marca cada uno en función de sus requerimientos y, sobre todo, acorde a la sensación de hambre-saciedad. En este sentido, es importante hacer comidas saciantes y nutritivas a lo largo del día, que den pie a espaciar mejor las comidas para promover la limpieza intestinal.

2. “El desayuno es la comida más importante del día”

Seguro que has oído esta afirmación cientos de veces. Pero no, el desayuno no es la comida más importante del día. Todas las comidas tienen la misma relevancia y en conjunto deben ser ricas en los nutrientes que requiere nuestro cuerpo.

Eso sí, aunque el desayuno no tiene por qué destacar sobre las demás, el nivel de saciedad y aporte nutritivo de la primera comida del día puede marcar las ganas de comer menos o más entre horas a lo largo de la jornada. De ahí que sea esencial optar por alternativas saludables que den cobertura a las necesidades energéticas de cada persona.

3. “Se debe comer la fruta entera fuera de las comidas”

Existe la creencia de que hay que comer la fruta con el estómago vacío porque fermenta. Lo cual es falso, ya que para ello debe haber microorganismos que no sobrevivan en el ambiente ácido del estómago. Asimismo, si bien es cierto que comer fruta con las comidas puede ralentizar la digestión, en ningún caso los alimentos permanecen de forma permanente en la barriga.

En definitiva, siempre es una buena ocasión para incluir fruta en la alimentación. La saciedad que aporta y la carga de vitaminas y minerales que contiene hacen que sea un alimento que nos suma en salud y bienestar.

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4. “El huevo es malo para el colesterol”

Uno de los mitos de la nutrición más populares es demonizar el consumo de huevo. Afortunadamente, cada vez son más los estudios científicos que avalan los beneficios del huevo en la alimentación. Y es que hablamos de una fuente de proteína de calidad, rica en grasas saludables y con un alto contenido en vitaminas A, D, E y del grupo B, incluida la B12, además de múltiples minerales y oligoelementos.

La gran cuestión que rodea a este alimento es: ¿cuántos huevos se pueden comer al día? Lo cierto es que no hay un consenso al respecto, pero según recomiendan la mayoría de los expertos en las últimas investigaciones, se puede comer sin problema entre uno y dos huevos al día. Eso sí, esta recomendación puede variar en función del estado de salud y patologías de cada persona. Así pues, quienes tienen niveles de colesterol altos pueden consumir entre tres y cuatro huevos a la semana. Según la Fundación Española del Corazón, la ingesta de huevo no está relacionada con un aumento del riesgo cardiovascular.

5. “Beber agua entre comidas engorda”

El agua es una bebida acalórica, es decir, su aporte energético es completamente nulo. La sensación de saciedad que produce es por la plenitud que proporciona. En cuanto al momento en que se debe o no beber, se aconseja ingerir entre 1 litro y medio y dos de agua al día y es indiferente de cuándo se haga. Lo importante es mantenerse hidratado para tener una buena salud.

En relación a la ingesta de agua, si bien es cierto que no se ha demostrado científicamente que beber agua pueda dificultar la digestión, sí que hay personas que pueden sentirse más revueltas al ingerir líquidos mientras comen. Por lo que, en estos casos, los especialistas en nutrición pueden recomendar beber agua antes o después de las comidas.

6. “Los carbohidratos engordan por la noche”

Uno de los mitos de la nutrición más extendidos es que el pan engorda. En general, este alimento y otros ricos en hidratos de carbono se suelen meter en el mismo saco y, quienes quieren adelgazar, creen que deben suprimirlos de su alimentación. Nada más lejos de la realidad, ya que no hay ningún alimento que por sí mismo tenga el poder de engordarnos. Lo que lleva a subir de peso es consumir más calorías de las que se gastan.

De la misma manera, no existe ninguna hora específica en la que el cuerpo decide transformar las calorías en grasas. Si el objetivo de la persona es perder peso, sencillamente, deberá crear un déficit calórico. Es decir, tendrá que consumir menos calorías de las que gasta o a la inversa; hacer un mayor gasto energético respecto las calorías ingeridas.

7. “Los productos light ayudan a perder peso”

Los supermercados están repletos de productos bajos en grasas y sin azúcares añadidos, lo cual es un atractivo para muchas personas que quieren adelgazar. Pero la realidad es que ingerir este tipo de alimentos justamente puede suponer el efecto contrario, ya que las grasas contribuyen a la saciedad y reducen la necesidad de picar entre horas, manteniendo a raya el hambre emocional. Asimismo, la ingesta de grasas saludables es imprescindible para el buen funcionamiento del organismo y la absorción de las vitaminas.

Por otra parte, como decíamos, estos productos bajos en calorías no suelen contener azúcares, pero vienen cargados de edulcorantes, cuyo consumo tiene efectos negativos en la microbiota. Por lo que, es importante que los expertos en dietética y nutrición promuevan la idea de que light no es sinónimo de más saludable, como se tiende a pensar.

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Si quieres ampliar tus conocimientos en el campo de la alimentación, estudiar nutrición es lo que necesitas para enfocarte a este área de la salud. En Esneca Business School hemos diseñado el curso de nutrición y dietética online para proporcionarte competencias específicas sobre los hábitos alimenticios y la cobertura de las necesidades nutricionales esenciales.

A lo largo de la formación, te familiarizarás con el diseño de planes alimenticios adaptados a las necesidades y objetivos de cada persona, teniendo en cuenta nociones básicas como la clasificación de los alimentos y el valor nutritivo de estos. Asimismo, obtendrás conocimientos sobre la evaluación del estado de salud y la promoción de una mejor calidad de vida y bienestar nutricional.

Por otra parte, a través del curso de nutrición de Esneca aprenderás las técnicas de coaching nutricional para favorecer una buena relación con la comida, manteniendo en orden la implicación de las emociones en la ingesta alimentaria.