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En la actualidad, cada vez es más común tomar suplementos de todo tipo. Ya sean deportivos, para las defensas o algún mineral o vitamina en concreto, la variedad es grande. Seguro que si tu no has tomado, conoces a alguien que sí lo ha hecho. Sin embargo, muchas de las personas que los toman no saben si los necesitan realmente o no. No se han hecho una analítica, ni han consultado con su médico sus efectos. En este artículo vamos a ver si son necesarios o no los suplementos en una dieta equilibrada, así que quédate a descubrirlo. Y Si te apasiona el ámbito de la alimentación, no pierdas la oportunidad de estudiar nuestro curso de técnico en dietética y nutrición. ¡Vamos allá!

¿Cómo saber si debes tomar suplementos?

Si piensas que por alguna razón deberías tomar suplementos, hay algunas cuestiones a analizar antes:

  1. ¿Te ha influido algún agente externo? Un agente externo puede ser la publicidad, un familiar, amigo o conocido.
  2. ¿Te notas diferente física o mentalmente?
  3. ¿Has consultado con tu médico?
  4. ¿Sabes si puedes obtener los beneficios del suplemento mediante tu alimentación?

Al contestar a estas preguntas puedes ya tener una idea sobre si debes o no tomar suplementos.

¿Es tu dieta equilibrada?

Este paso es fundamental, antes, incluso, de ir al médico. Debes saber si tu alimentación y tu modo de vida son saludables o no. O tal vez si presentan alguna deficiencia en materia nutricional. En caso de despejar estas dudas, piensa en cambiar algunos hábitos.

No está de más una visita al médico, si es que no te sientes bien. Pero no debemos esperar que exista medicina mágica o suplemento maravilloso que supla un estilo de vida poco saludable. Si no tienes un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada, conseguir ambas cosas debe ser tu objetivo.

Lista de suplementos más consumidos

En España se consume un gran número de suplementos, veamos algunos de los más comunes:

  • Calcio. Es el suplemento que más consumen los españoles. Se trata de un mineral muy importante para nuestro organismo, qué duda cabe. Hasta un 2 % de nuestro peso corporal es de calcio y es importante mantener esta masa.
  • Ácidos grasos omega 3. También muy consumido entre los españoles, su presencia es esencial. Nos ayuda a mantener el colesterol a raya y a mejorar las funciones cerebrales. Lo principal aquí no es solo tener el aporte de omega 3, sino también mantener el equilibrio con el omega 6. Más adelante, veremos cómo.
  • Magnesio y potasio. Ambos muy necesarios, son el tercer grupo de suplementos más consumidos.
  • Vitamina D. Es realmente sorprendente, pero este suplemento también es muy común. Es debido a que existe carencia de vitamina D en nuestro país. Por lo que es sorprendente es porque la sintetizamos gracias al sol y de eso tenemos de sobra. Sin embargo, nuestro modo de vida actual no nos deja tiempo para disfrutar habitualmente del sol. El trabajo entre cuatro paredes tiene bastante que ver con esta deficiencia. Esta vitamina es necesaria para una correcta absorción del calcio.
  • Hierro. Es también otro de los suplementos más comunes y su déficit también es común.
  • Multivitamínicos. Seguro que los has visto anunciar cuando empieza el frío, en épocas de exámenes o situaciones similares. Son de lo más habitual entre la población.

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¿En qué circunstancias debes tomar suplementos?

La población en general, como decíamos, toma bastantes suplementos sin saber si tiene carencias. Es fundamental, antes de tomar ningún suplemento, ir a que el médico haga una analítica. Él determinará si es necesario suplementar algún elemento o no.

Aunque es “más fácil” tomar un suplemento, mejorar la alimentación puede resultar más efectivo y barato. Además, una vez aprendas, ¡podrás mantener el equilibrio nutricional siempre!

¡Antes no había suplementos!

Es cierto que, tal y como esgrimen sus detractores, antes no existían y el ser humano podía vivir sin ellos. Es cierto, pero tampoco existían las mismas enfermedades, ni el mismo estilo de vida, ni mucho menos, la misma esperanza de vida. Pueden ser necesarios en algunas circunstancias y puede que no; no es un tema que se pueda simplificar y reducir en una sola frase.

¿Necesidades psicológicas?

En épocas de enfermedad o de mucho estrés pueden recetarnos suplementos, con el objetivo de recuperarnos. Sin embargo, es muy común mantener el consumo de suplementos una vez recuperados.

Sin duda, hay una estrecha relación entre la toma de suplementos y la preocupación por la salud. Así, se han encontrado respuestas sorprendentes en encuestas realizadas a más de 1200 personas. Los que tomaban suplementos de magnesio, también consumían alimentos ricos en magnesio. Los que tomaban suplementos de calcio, también consumían lácteos en cantidad. Y los que tomaban suplementos de hierro, consumían bastante carne. Sin embargo, las personas que toman suplementos de vitamina C, suelen tomar pocas frutas y verduras y no tienen una dieta equilibrada.

Como ves, en general, la elección de suplementarse responde a necesidades psicológicas, más que a razones médicas.

¿En qué casos hay que suplementarse?

Principalmente, podríamos resumir estos ejemplos en “cuando un médico o dietista-nutricionista te lo aconseje”:

  1. Hay recomendaciones vox populi que puedes tener en mente. Es el caso del ácido fólico antes de quedar embarazada o a las primeras semanas del embarazo. Sin embargo, acudir al médico es, siempre, la mejor opción.
  2. Prácticamente todas las personas cercanas al veganismo tienen nociones sobre ello. Es usual que, a raíz de una dieta vegana, aparezca un déficit de vitamina B12. Aun así, antes de adquirir estos suplementos, es importante comprobar si se tiene o no un déficit.
  3. En caso de ser deportista, no necesitas tampoco ningún suplemento. Un buen entrenamiento con dieta equilibrada no precisan suplementos. Un mal entrenamiento y/o una mala alimentación no se arreglan con suplementos.

Como ves, los suplementos no son buenos ni malos. Y una dieta equilibrada no depende de ellos en todos los casos. Para hacer un buen uso de los mismos, solo tienes que asegurarte de que los necesitas antes de consumirlos. En caso de que sí los necesites, ¡adelante! Aprovecha la posibilidad de servirte de ellos para mejorar tu salud. En caso de que no te hagan falta o no hayas ido al médico a consultarlo, mejor no los consumas.