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El movimiento lento, o movimiento slow, es una corriente cultural con un interesante origen, que en principio estaba solo ligado al mundo de la gastronomía. Sin embargo, hoy en día se ha extendido a otros ámbitos, tales como la moda, la construcción o las relaciones sociales. En este artículo analizamos todo sobre el movimiento slow, una tendencia con una creciente influencia y que no deja de ganar adeptos. Sigue leyendo para saberlo todo acerca de un tema tan actual. Y recuerda que en Esneca Business School podrás formarte en este ámbito con el Máster en Meditación y Mindfulness.

Algunas características del movimiento slow

Este movimiento conjuga la utilización racional del tiempo y el disfrute de las actividades. En contra de lo que puedas pensar, no se trata de hacer menos, sino de tomarse las cosas de otra manera. Es desligarse del frenesí y la velocidad en la que vivimos, y que es típica de la cultura occidental. Por ejemplo, en Japón hay lugares donde te sirven una hamburguesa en menos de un minuto. Pero… ¿va a estar buena? ¿La comerás con placer? Veamos algunos aspectos que definen esta tendencia slow.

  • Dar prioridad al desarrollo personal, la salud, la plenitud y las relaciones interpersonales frente al imperio de la rapidez y de los goces efímeros e inmediatos.
  • Promover la calma y ser selectivo en las acciones, en contra del ansia por hacer varias cosas a la vez.
  • Emprender actividades con la intención de disfrutarlas con tranquilidad, sin prisas, saboreando los instantes.
  • Dejar de lado la velocidad para reconectarte contigo y con el entorno.
  • El movimiento slow se opone a la asociación automática de lo rápido con lo eficiente y con lo valioso.
  • Cultivar la preocupación por las cosas bien hechas, de calidad, y complaciéndote en el proceso.
  • Equilibrar el ahorro de tiempo que proporciona la tecnología con su inversión consciente, orientada al gozo del ocio.

La influencia de un libro

El Elogio de la lentitud, publicado en 2004 y escrito por el canadiense Carl Honoré, representa para muchos una visión global de este tema. El autor considera que la cultura occidental tiene una obsesión por la rapidez, y que el proceso que hará cambiar las perspectivas va a tomar tiempo. El estilo de vida que defiende se centra en contrarrestar la cultura “fast” y hacer las cosas de la mejor manera posible, con el ritmo más adecuado para obtener resultados positivos.

Honoré estima que la velocidad que imprimes a tu vida cotidiana puede causar un efecto negativo en las relaciones afectivas y en la salud física y mental, así como en la productividad laboral. Para él, la gastronomía representa un primer toque de atención. Es más que evidente la diferencia entre la comida rápida y la de elevado contenido nutricional, preparada con ingredientes frescos y con esmero.

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Tendencias que emanan del movimiento slow

Dijimos anteriormente que esta actitud ha penetrado en diversos campos de la actividad humana. Estos son algunos ejemplos.

El Slow food

Fue el inicio, el germen del movimiento slow. Nace en 1986, cuando se congregó una protesta provocada por la próxima inauguración de un local de McDonald’s en la Plaza de España de Roma. Actualmente lo encontrarás en 160 países, pues cuenta con cientos de miles de asociados.

El slow food defiende el derecho a combinar placer y gastronomía, consumiendo platos de calidad, en lugar de la comida estandarizada. Da prioridad a las tradiciones locales y a los productos de kilometro cero, obtenidos mediante métodos sostenibles y respetuosos con el ambiente.

Cittaslow

Tiene como meta mejorar la calidad de vida en las ciudades. Se opone al estilo americanizado y homogéneo, que muchas veces vemos en los grandes centros poblados, y que se ha ido imponiendo y extendiendo. Se incluye en esta forma de pensar el respeto por los entornos tradicionales y por la cultura y las costumbres propias de cada urbe.

El Slow shop

También se le llama slow shopping. Es un concepto definitivamente distinto, destinado a fidelizar al cliente mediante una relación más cercana y personal, así como a través de la amplia utilización de la conectividad. Estas tiendas, en las que con frecuencia se acepta el acceso de las mascotas, ofrecen servicios únicos. Entre ellos, destacan las áreas para descansar, la posibilidad de probar los productos antes de comprarlos y la oferta de talleres y charlas.

Movimiento slow en la construcción

Si bien las casas están hechas para durar, los constructores que siguen el movimiento slow apuestan por la conexión con el entorno. Se priorizan la luz y la ventilación naturales para así permitir que el ritmo del sueño y la vigilia se produzca de forma fisiológica. Los espacios son multifuncionales y abiertos, y pueden adaptarse a las rutinas y preferencias de los habitantes. La ubicación suele ser cercana a los lugares de trabajo, para que puedas ir caminando.

Impacto en la moda

La ropa, los zapatos y los accesorios prácticamente desechables son una realidad. Muchos de estos artículos quedan inservibles después de usarlos durante un breve tiempo, y esto va en consonancia con la moda. ¿Para qué comprar ropa duradera, que se va a quedar anticuada en unos pocos meses? La tendencia inscrita dentro del movimiento slow aboga por la ropa clásica y bien confeccionada. Es la que nunca pasa de moda y puede seguir en buen estado después de muchos años de uso.

Otras innovaciones

El movimiento slow también se aplica en otros ámbitos, como por ejemplo, en el deporte, dando paso al Slow Fitness. Así pues, esta filosofía también nos permite disfrutar con más calma de nuestros momentos de ocio y tiempo libre. Incluso ha llegado, aunque te cause sorpresa, al sector financiero. La banca slowcomienza a surgir en Londres o en Wall Street. Es, como ves, una revolución a todos los niveles.

¿Cómo tener una vida “lenta”?

Sin duda, en la esfera personal es donde puedes decidir con más facilidad si formarás parte del movimiento slow. Para ello, empieza a seguir algunas de estas recomendaciones.

  • Olvida la rutina, explora y atrévete a mirar las cosas de otra manera.
  • Forja vínculos de calidad con las personas que te rodean.
  • Vive el aquí y el ahora, dale valor al presente, saboréalo.
  • Trabaja pensando en alcanzar la excelencia.
  • Conéctate con tus necesidades reales y tus metas verdaderas, y olvida la prisa.
  • Contrólate: ten calma, cultiva la paciencia, fluye con el entorno.

El movimiento slow puede cambiar tu vida para hacerla mejor. Formar parte de esta tendencia es cada vez más fácil. Solo tienes que tomar la decisión y cambiar algunas cosas para ser más feliz. Y recuerda que con nosotros podrás formarte con el Máster en Meditación y Mindfulness.